En la actualidad, las mujeres artistas plásticas ocupan tan solo algunos espacios del mundo de las artes visuales, a todas luces insuficientes. Las estadísticas nos dicen que el mundo del arte sigue siendo un mundo de hombres. Si en 1985 Guerrilla Girls se manifestaba delante del MOMA criticando que sólo un 10% de los artistas de la exposición temporal del museo eran mujeres, en la última encuesta del observatorio de Mujeres en las Artes Visuales (MAV) se pone en evidencia que las diferencias siguen siendo notables cuando las mujeres ocupan un 13% de las artes visuales expuestas. El dato es muy similar y bastante escandaloso, si nos fijamos que hay una diferencia de 27 años.

Las ventajas de ser una mujer artista

Trabajar sin la presión del éxito

No tener que estar en shows con hombres

Tener una vía de escape del mundo del arte en tus cuatro trabajos como autónoma

Saber que tu carrera puede despegar después de que tengas ochenta

Estar segura de que hagas el tipo de arte que hagas podrás etiquetarlo como femenino

No estar atrapada en un puesto de profesor titular

Ver tus ideas representadas en el trabajo de otros

Tener la oportunidad de elegir entre tu carrera y la maternidad

Tener más tiempo para trabajar cuando tu pareja te deje por alguien más joven

Ser incluida en ediciones revisadas de la historia del arte

No tener que someterte a la vergüenza de ser llamada un genio

Tener una foto tuya en las revistas de arte llevando un traje de gorilla

 

Un mensaje público de las Guerrilla Girls, conscientes del mundo del arte

MAV también denunció en otro estudio que, tras analizar cerca de mil exposiciones individuales organizadas en 22 centros de arte de toda España en los últimos diez años (entre 2000 y el 2009), únicamente el 20% eran mujeres artistas visuales, y tan solo el 9,4%, españolas. Estas cifras nos hablan de un casi inexistente reconocimiento del trabajo de las mujeres artistas visuales y con ello la merma de posibilidades para seguir creando desde unas condiciones dignas.

Las mujeres artistas plásticas debemos constantemente probar que tenemos capacidad para crear y que somos en cualquier caso artistas excepcionales que merecemos estar en museos y galerías. Por eso, muchas abandonamos nuestro camino para dedicarnos a las/os hijas/os o a la enseñanza en educación primaria y secundaria, al no sentirnos respaldadas por un entorno cultural receptivo.

Las mujeres artistas plásticas tendemos a asociarnos y apoyarnos, desarrollando una crítica a las estructuras de la cultura y los medios visuales. Para las mujeres artistas sensibilizadas con este tema, la identidad y el género son reflexiones recurrentes en nuestra producción artística, porque nos hace reflexionar sobre la propia realidad y sobre la influencia del medio social en nuestra obra y en nuestra vida. Y frecuentemente nos posicionamos de forma individual o colectiva con el objetivo de transformar las fronteras del espacio público y privado. Convertimos el arte en prácticas políticas de resistencia, y provocamos cauces de interrelación y de expresión simbólica de lo que nos preocupa.

En EmPoderArte entendemos el arte como compromiso social, como productor de cultura, y en este sentido, aquello que nosotras desarrollamos está orientado a influir en la forma de mirar la realidad de la cultura visual y de las mujeres. En la asociación pretendemos dar visibilidad al “artivismo” de las mujeres artistas plásticas, no solo a la obra de las socias, sino a otras artistas de otros momentos históricos o incluso las que están en primera línea y que tienen las mismas dificultades. Un ejemplo de ello es la exposición que hicimos en Alcalá de Henares Permitido indagar, donde hicimos un diálogo de artista a artista.

 

 

Texto de Silvia Martínez Cano (adaptación de una publicación de la misma autora)